Toxoplasmosis y el embarazo

La Toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por un parásito (Toxoplasma Gondii) que se encuentra en la carne cruda y en las heces de los gatos.

Transmisión

Se produce básicamente por tres vías:

Al ingerir carnes poco hechas procedentes de animales portadores de dicho parásito; al tomar leche y productos lácteos sin pasteurizar; o por consumir alimentos que han sido contaminados por moscas o cucarachas, insectos que a menudo propagan la toxoplasmosis.

Por el contacto con las heces de un animal infectado o portador del protozoo. Los gatos son portadores aunque no sufran la enfermedad.

El futuro bebé puede contagiarse si la madre se infecta durante la gestación. La mujer debe saber si ya ha pasado la toxoplasmosis, ya que, si es así, el riesgo de volver a contraer la infección es prácticamente nula. El control de embarazo incluye análisis que determinan si tiene o no anticuerpos.

Síntomas

La enfermedad se puede padecer sin advertirlo, ya que sus síntomas en los adultos suelen ser leves y similares a los que produce la gripe. En caso de contraerla durante la gestación, su Ginecóloga(o) indicará un tratamiento con fármacos. Es eficaz, no supone ningún riesgo para el embarazo y disminuye el peligro de infección del feto.

Prevención

Los Ginecólogos en Guadalajara recomiendan evitar el contacto con los gatos callejeros y extremar las precauciones si se convive con un gato. En este caso es recomendable averiguar si la mascota es portadora del Toxoplasma Gondii, mediante una prueba muy sencilla que realiza el veterinario.

Se debe utilizar guantes cuando se manipule la tierra o la escudilla del gato, y en las labores de jardinería (tampoco conviene tocar la tierra ni las plantas de los parques y jardines públicos).

Es importante cocinar bien la carne. Este protozoo es muy sensible al calor y se destruye a altas temperaturas.

También hay que eliminar de la dieta los embutidos, limpiar muy bien las verduras, frutas y hortalizas antes de consumirlas, y lavarse las manos después de haber manipulado carne cruda.

Riesgos

Esta infección, cuando se padece durante el embarazo, supone un grave riesgo para el desarrollo del embrión y el feto. Puede causar daños cerebrales (hidrocefalia, microcefalia, calcificaciones cerebrales y retraso mental) y oculares (incluida ceguera) y pone en peligro la vida del futuro bebé. El periodo crítico de riesgo es el tercer trimestre.