La Menopausia en Guadalajara
Clínica para la Mujer en Guadalajara
La Menopausia en Guadalajara; La media de edad es entre los 45 y los 55 años. Si bien esta es una definición puramente biomédica, no podemos olvidar que se trata de una transición compleja en la que aparte de los factores biológicos también interactúan factores psicológicos, sociales y culturales.
En otros posts he hablado desde un punto de vista biológico, por lo tanto, hoy no hablaré ni de síntomas ni de tratamientos, sino que desgranaré los aspectos psico-socio-culturales, que influyen mucho a la hora de vivir esta fase de forma positiva o negativa.
La cultura del bienestar, caracterizada por el culto a la belleza y a la eterna juventud, la fe ciega en los avances, una sociedad en que se medicalizan fácilmente los procesos normales de la vida, que no acepta el envejecimiento… El envejecer deja de ser un proceso precioso de maduración, de serenidad, de sabiduría, de experiencia y de estabilización emocional para transformarse en un proceso tedioso que ha de combatirse con todo tipo de remedios. (La Menopausia en Guadalajara)
Parece que cualquier proceso natural femenino fuera una enfermedad, hay que permanecer siempre igual, inalterables, siempre jóvenes, siempre bellas, siempre de buen humor, siempre con energía… Todo lo que se salga de ahí es ganarse un: “hay que ver como tienes las hormonas” (en tono despectivo).
Negación de la Menopausia
El culto a la belleza, a la perfección, y, por otro lado, la negación del envejecimiento y la muerte, da lugar a la construcción de un ideal de mujer, que, una vez más, vuelve a ser inalterable, nada cambia, sigue todo exactamente igual: la misma energía que en la juventud, el físico lo más juvenil posible, sin arrugas, sin canas, sin grasa en la cintura…
De hace unas décadas a esta parte hemos pasado de la RESIGNACIÓN más absoluta, a la NEGACIÓN de la normalidad del proceso de envejecer. (La Menopausia en Guadalajara)
- Lo primero: la aceptación (=no negación) de los cambios: el cuerpo cambia, la energía no es la misma, los hijos vuelan del nido, etc. Este es el punto de partida, pues no podemos vivir negando la evidencia, ya que todo se volvería contra nosotras mismas. Aceptar no significa para nada resignarse, cuando aceptas no reprimes, no niegas lo que te pasa. Aceptar es compatible con cuidarse.
- A muchas mujeres acostumbradas a cuidar a los demás (a sus hijos, sus padres, sus sobrinos…) les cuesta mucho dedicarse sus mimos, sus cuidados a sí mismas. Cuidar la salud física, mental, espiritual, tener una red social de soporte, y también, por qué no: cuidar de la imagen, la belleza, pero sin la obsesión de permanecer “encorsetada” en un cuerpo joven. Por eso es tan importante aceptar los cambios.
Lo mejor es serenarme, aceptarme, indagar, bucear dentro de mí misma para entender lo mejor posible qué es lo que realmente me pasa. Buscar ayuda si la necesito, pues no es más fuerte el que todo lo puede sino el que mejor conoce sus propias limitaciones y sabe pedir la ayuda que le falta. Rodearme de gente que me haga feliz, cuidar las amistades que merecen la pena. Aceptar que la energía no es la misma, que el cuerpo cambia, ni más bonito ni más feo, distinto. Cuidarse, mimarse, es momento de mirar por una misma, de disfrutar de los muchos placeres que ofrece la vida. (La Menopausia en Guadalajara)
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