Biopsia de corion

La biopsia de corion es una técnica de diagnóstico prenatal. Consiste en obtener una muestra de las llamadas vellosidades coriales, que se encuentran en el tejido placentario.

La biopsia de corion se practica entre las semanas 10ª y 14ª de gestación para establecer un diagnóstico genético y cromosómico, ya que este tejido posee idéntica información genética que el feto y, por tanto, permite la detección de alteraciones fetales.

Se realiza mediante punción a través del cuello uterino o del abdomen de la madre, dependiendo de la edad gestacional y la posición de la placenta. Esta técnica suele ir precedida de una ecografía para estudiar otras características de la gestación. Dura solo unos minutos y no precisa anestesia ni ingreso hospitalario.

Después de una biopsia de Corion, los médicos obstetras aconsejan reposo en las horas posteriores y no realizar esfuerzos durante algún tiempo. Puede suceder que la embarazada experimente sensación de dolor o molestia y sangre una pequeña cantidad en las 48 horas siguientes.

Indicaciones

La biopsia de Corion se elige cuando la embarazada presenta un riesgo de dar a luz un niño con anomalías genéticas. Esto es, si la mujer es mayor de 35 años, cuando ya ha tenido un hijo con un defecto genético o si se da el caso de familiares afectados.

Resultados

Su índice de éxito es elevado y apenas presenta complicaciones. Con la biopsia de corion es posible descartar o detectar los mismos trastornos genéticos que con la amniocentesis, excepto los defectos del tubo neuronal, como la espina bífida. A diferencia de esa técnica, el resultado se obtiene enseguida: puede estar listo en 48 horas.